Realmente es muy difícil ponerse en la piel de una persona que ha perdido
su casa.
Yo he tratado de hacerlo y aquí os cuento las 3 cosas que se me han
ocurrido que haría:
1 – Okupar y resistir en
una ciudad: pues
aunque nunca he ocupado una vivienda que no fuera mia y que no me hubieran
invitado entiendo que si me viera en esa grave situación no tendría ningún
remordimiento en ocupar una vivienda vacía.
Preferiblemente de un banco pues de todos es conocido que esos pisos
que se desahucian luego, la inmensa mayoría, no se pueden ni vender ni
alquilar. Y allí están muertos de risa mientras que hay cada vez más personas
que los necesitan.
Una vez ocupada esa vivienda hay que resistir en ella todo lo que se pueda.
Cuando no se pueda más pues a ocupar otra vivienda.
También entiendo que vivir sin los suministros básicos (luz, gas, agua) se
hace muy duro pero como mínimo tendría un techo donde dormir.
2 – Okupar en un pueblo
abandonado: y aquí no
haría falta resistir porque al estar abandonado no tendrías al legítimo
propietario detrás.
Lo ideal es realizar la ocupación con un grupo de personas afines (familia,
amigos, etc.) de tal manera que os organicéis en las tareas de superviviencia
(obtención de agua, comida, etc.).
Dado que en los pueblos hay grandes extensiones de tierra cultivable la
agricultura os permitiría subsistir indefinidamente.
En cierta medida esto supondría la creación de una ecoaldea si los
parámetros por los que se organiza y gestiona son ecológicos, sostenibles, de
respeto a las personas, animales y naturaleza, cooperativo, basado en el
trueque o en alguna moneda complementaria, etc.
3 – Ir a una ecoaldea:
si no sabes organizar y
gestionar la supervivencia en un pueblo abandonado pues te buscas una ecoaldea
donde todo está ya montado y te integras en ella.
Te informas de sus normas de convivencia, sus requisitos para ser aceptado
y otras cuestiones importantes.
En este blog encontrarás aquellas ecoaldeas que hay repartidas en todo el
mundo.
De esta forma la adaptación no es traumática sino bastante suave respecto
del punto segundo. Lograrás que tu trabajo sirva para favorecer a tu comunidad
local y para que todos podáis vivir dignamente.
Porque la dignidad se puede perder pero también se puede recuperar.
AMIGO.
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